miércoles, 24 de octubre de 2007

TEOREMAS DE LOS ADIOSES Y LOS AJUSTES DE CUENTA. José Carlos De Nóbrega


TEOREMAS DE LOS ADIOSES Y LOS AJUSTES DE CUENTA
José Carlos De Nóbrega


Ay, cásate y no te quedes jamona que en el cielo tienen su elefante ahora. Héctor Lavoe, canción “Se acaba este mundo” del álbum The Hustle (1968).

¡Qué tarde es comenzar a vivir en el momento mismo en que es preciso cesar! ¡Qué loco olvido de nuestra condición mortal demorar hasta los cincuenta o sesenta años las resoluciones sensatas, y querer debutar en la vida a la edad en que pocos hombres llegan! Séneca, De la brevedad de la vida.

Nosotros tenemos un apetito por las relecturas de lo vivido, los balances y los estados demostrativos de pérdidas y ganancias. Luego nos consolamos fallidamente en proyectos de vida futura, presupuestos y créditos sobregirados que no soportan los efectos erosivos del tiempo abrazado al despropósito. No nos gusta escuchar voces agoreras que cuestionen y hundan en la desilusión la historia de vida que habíamos diseñado con suma prudencia; el escepticismo nos arranca de raíz respecto al confortable espacio de los discursos autorizados, los dogmas y el exquisito y ciego gregarismo de las escuelas de toda índole. Así lo reconoce la voz poética de Carlos Néjar:


Cerrado por inventario

comprando y vendiendo
al detal de estar viviendo,
comercio del tiempo,
peso mis ambiciones

en la balanza de la muerte
y soy tan extraño a mí mismo
que parezco otro.


La mosca se estrella de improviso en el diáfano cristal del parabrisas. Solamente para que no nos demos cuenta que hemos sido víctimas propiciatorias del discurso del poder. Remedando este pequeño, cotidiano y burocrático infierno, Teoría de las Despedidas de Guillermo Cerceau supone una requisitoria contra los recovecos del pensamiento snob, primario y reptil con el que el poder pretende acorralar y aterrorizar al hombre inmerso en la manada bovina que se apresta a la gran degollina. Los falaces hallazgos teóricos de nuestras academias no son más que el eufemismo sobre el cual echa raíces la tiña del poder: esperpento endogámico y falangista que premia con Doctorados y prebendas la medianía, la estupidez y el fraude. No nos conmueven los cuadros apocalípticos y pavosísimos que nos pintan sus autoridades en tanto mera justificación presupuestaria y rentista, ni mucho menos los alaridos revanchistas de los burócratas de siempre, entorpecidos la lengua y el espíritu en el alcohol barato y las hablillas de los brindis por la cultura. Los eventos que pretenden celebrarla tan sólo constituyen obscenos y decadentes pretextos para el narcisismo y el espaldarazo cómplice y lisonjero. Guillermo lo predica sin medias tintas: “nos quedan dos variedades principales de pensadores: aquellos que no tienen nada que decir, pero esa nada la dicen con gracia, con estilo, y que seguirán siendo leídos porque leer, después de todo, es también un placer, y quienes lentamente, silenciosamente, luchan por construir un pensamiento, un discurso, una palabra que sirva de algo (sin necesariamente estar reñida, esta tarea, con la belleza o la complejidad). El tiempo dirá cual de las dos variantes del acto de pensar prevalece, no porque Cronos se ocupe de este sector parásito del quehacer humano, sino porque su destino está ligado a cosas más trascendentes, como las luchas de los pueblos y las artimañas de los poderes constituidos para frenarlas”. Es oportuna entonces la propuesta del poeta Faver Páez que propicia velar en capilla ardiente a estos crípticos pensadores que han hecho perder el tiempo a más de uno (valga el banquete en la modalidad de la Gastronomía de la Miseria).

El texto que da título al libro es revelador de la pericia ensayística de Guillermo Cerceau: No escatima transparencia en el estilo conversado y crítico ni complejidad estructural y paródica; la recensión de una inédita Teoría de las Despedidas, además de homenajear a Jorge Luis Borges de guisa lúdica, apela a la falsificación y a la impostura para desacralizar el acto de pensar y recrear el mundo por vía de la palabra firme y reposada de la sobremesa. Ello “como si el plagio pudiera ser también una forma de parodia y, en última instancia, de distanciamiento crítico”. Del juego plurilingüístico se deriva una serie de teoremas expresivos posibles que tienden a la dialogización. La bivocalidad del discurso ensayístico estriba en la mixtura de las voces y los propósitos críticos tanto del pensador que habla en el manuscrito imaginario como del autor que los refracta. Triturado el contrasentido pervertido de la taxonomía y la preceptiva literaria, queda un dejo de desengaño al abordar un juicio final del cual no se saldrá bien librado.

Precisamente, tal afortunado texto sirve de puente que integra las dos partes del libro: Deserciones y Gestos Teóricos. La primera está referida al ajuste de cuentas a la manera del Bosco expulsando serafines y demonios por el culo o, mejor aún, del Borges real y apócrifo en una insomne confrontación (pero siempre el Uno en el Otro). Es evidente la alusión al descuidado Jardín del Malcolm Lowry de Under the Volcano, “porque un jardín abandonado es siempre el resultado de una mentira, de una falsa promesa”. Bien lo dice Baltasar Gracián, sin mentir no decir toda la verdad que es un desangrar del corazón. La batalla personal contra los Dioses convoca al desencanto, pero trae consigo el ejercicio libertario que es ensayar ante la página o el monitor en blanco. Del diccionario sacrílego de Cerceau extraemos una acepción del verbo Comparecer: “es el primer eslabón en la cadena de hechos que llevan a un enigma a convertirse en conocimiento”. Comparece la repulsión religiosa y positiva en el amor a la apostasía que reivindica la vida en el sambódromo de la plaza pública. En tanto que la segunda parte pulveriza las estancias ridículas de la intelectualidad universal, al punto de asimilarla al circo paródico de sombras chinas que espanta tanto al hombre agazapado en las cavernas como al espectador y habitante del museo del siglo XXI que es el Centro Comercial. Aristóteles dice que los tiranos no lo son para preservarse del frío; nuestro amigo Guillermo apunta que “los hombres viven esclavos porque sus amos no saben dudar”. La Política de Ultratumba puede leerse por partida doble: lo que se ata en el cielo se ata en la tierra, esto es que apedrear mujeres adúlteras o estigmatizarlas al rape por colaboracionistas signifique lo mismo, una apología a la intolerancia y al sadomasoquismo a expensas del sufrimiento del Otro; asimismo la vida es la escala por la que se trepa a Paraísos artificiales que despojan a la humanidad de su derecho a disentir y tropezar varias veces con la misma piedra. Esta es una magnífica y placentera oportunidad de atravesar la pradera como los caballos salvajes que han arrojado de sí a los jockeys, esos viles maestros que enturbian la mirada asombrosa con mezquinas gríngolas. Te conozco bacalao, aunque vengas disfrazao...



Valencia de San Simeón el estilita, 23 de octubre de 2007.



domingo, 21 de octubre de 2007

BESO DE LENGUA. LA NOVELA ENMANTILLADA POR VENIR. José Carlos De Nóbrega


BESO DE LENGUA: LA NOVELA ENMANTILLADA POR VENIR
José Carlos De Nóbrega


Era tal nuestra obsesión que nos bautizaron las pulgas, porque siempre andábamos chupándole las historias a la gente. Richard Montenegro: La Conejera, último cuento del libro “13 fábulas y otros relatos”.

Todavía muchos críticos y lectores desprevenidos aguardan la Parusía de la Novela que nos contenga y explique como nación: esta isla hecha astillas en nuestra precaria memoria. Otros, no menos incautos que aquéllos, negarán la posibilidad del advenimiento del Gran Relato en función de nuestra advenediza y primigenia condición de Capitanía General del Imperio Español. Muy a pesar de la campaña franciscana, villana y urbanística que pretende deconstruir la ciudad –es harto significativo el derrumbe del hotel Excélsior, con su carga de Art Deco, para vindicar el horrendo espejo kitch de la Torre Da Vinci-, la mezquindad de nuestra crítica profesoral y resentida apunta precisamente a los caminos que no han de transitar los lectores. Ha pasado por debajo de la mesa la atenta lectura de algunas notables propuestas que escarnecen el mito de la gran novela venezolana por venir: revisemos, por ejemplo, Círculo Croata de Slavko Zupcic, Parte de Guerra y Los Días Mayores (este último, volumen de cuentos que simula una novela o viceversa) de Orlando Chirinos. En ninguno de los tres casos se halla una fútil y posada sed por la fama y la trascendencia extramuros: el apego a la tierra de confusión que es el país descansa en el asombro y el juego lingüístico, llamada entre líneas a la complicidad y el morbo; los personajes no son arquetipos mohosos ni encarnan valores que salven a la humanidad, por el contrario, son abrasados por un humanismo cotidiano, tierno y poético; la estructura narrativa no copia las imposturas de paradigmas académicos a la moda, va de la mano con los espasmos eléctricos del cuerpo aturdido y ardiente de amor.


Es para mí un placer anclado en la sin razón del corazón, presentar esta fabulosa novela enmantillada que es Beso de Lengua de nuestro amigo Orlando Chirinos. En mi adolescencia -mientras festejaba la lectura de autores como Hermann Hesse, Thomas Mann, Robert Musil y Pancho Massiani (en especial, las novelas de formación o Bildungsroman)-, topé con un precioso y sentido volumen de cuentos titulado Última Luna en la Piel, editado en 1979 por Fundarte. Aún Orlando me debe la dedicatoria de la maravillosa novela En Virtud de los Favores Recibidos, en su primera edición de 1987, la cual sobrevivió el incendio del resto de los ejemplares en el abasto de unos chinos adosados al sol marabino (razón más que suficiente para la reedición cuidadosa que hizo Laura Antillano en el año 2000, para exorcizar el Fin del Mundo). Años después, recibí de Carlos Villaverde el primer y único pago –hasta ahora- por mi escritura: una reseña entusiasta al libro de cuentos Mercurio y otros metales, editado en 1997 por Ediciones Huella de Tinta y Fondo Editorial Predios (el ensayo cobrador de marras se halla en la revista Predios, nº 14, septiembre de 1999). En el año 2005, luego de ver clases con Orlando en el inicio de la Maestría de Literatura Latinoamericana en la UPEL de Maracay, fui sacudido por otra colección de cuentos suyos (que ahora confieso míos y vuestros): Los Días Mayores, libro que habría querido escribir alguna vez, sobre todo Sagrado Vino de los Dioses y Cegato como Homero. Como ven, no hay lugar para la imparcialidad y la ecuanimidad en mi corazón, la literatura de Orlando Chirinos me ha acompañado a lo largo de mi vida como agradecido lector y compulsivo escritor.


Este fervor cómplice no es ajeno al abordar la lectura de Beso de Lengua, novela que para y por la gracia de la Editorial Planeta forma parte de su amplio y diverso catálogo (allá otra empresa –cuyo nombre no vamos a mencionar- que extravió tal fortuna a merced de la estrechez mental y su nomenclatura políticamente correcta de Centro Comercial). Los setenta capítulos de la novela son los discos de 45 rpm que nos conmueven a la beira u orilla de las cervezas, los tragos y las candorosas ficheras en el botiquín. El corpus está transido y estremecido por la saudade que destila la musicalidad polifónica del bolero, el tango y por qué no el fado que se mimetizan en el ejercicio de la palabra poética cantada y bien dicha, sin concesiones a esa hondonada abisal y absurda que separa lo culto de lo popular: “Ahí se nos hizo e’noche. Yo insistí con lo de los tragos y quise animalo parándome pa’poné unos tangos, pero él me dijo na’ de tangos ni de na’, ya se hizo e’noche y estas calles quedan muy solas. Mejor vámonos” (Sin tangos, por favor). La oralidad del concierto variopinto de la calle no necesita de mayor comento, habla por sí misma y ennoblece el discurso literario como tal.


Beso de Lengua constituye una apología festiva a la literatura misma: la parodia del discurso literario se pasea con impunidad entre la angustia de las influencias –trabajada con pulso firme y despiadado por Harold Bloom- y la falsificación que raya en las innumerables lecturas de los clásicos. Bordea el plagio con el mero fin de celebrar la lectura amorosa y cómplice. Por ejemplo, Sancho Panza no sale del limbo al que el ejercicio novelístico lo ha condenado lúdicamente: va del Cándido de Voltaire al Decamerón de Boccaccio inundado de historias que tejen una red ebria y placentera. Valga este sentimental intermezzo: “-¿Tú te has puesto a pensar quién teje las redes? Cada vida, cada historia se va bifurcando y una persona te conduce a otra u otras, y cada una de éstas, a su vez, te remite a otra y así sucesivamente. Algunas se miran entre sí o varias de ellas miran a una y la van armando. Como un juego de espejos ¿verdad?” No hay otra: las voces de nuestros autores amados se apiñan en el imaginario, si bien nos angustia el efecto de repetir versos y líneas formidables proferidos por los textos paternos, no es un contrasentido que los hijos registren y custodien las metamorfosis que del origen se derivan para enriquecer lo que se escribe a la luz del presente.


El novelista -¿el narrador omnisciente, el autor espúreo, y/o el director?- denuncia a Don Miguel de Cervantes el extravío de Sancho, quien cual Rey de la Puntualidad lo somete al escarnio de la espera incómoda y húmeda de la página en blanco: “Sé de autores, obras y personajes que se ahogaron en ese océano pese a las buenas intenciones de los primeros, la perfecta estructura de las segundas y la inocencia, la buena fe de los terceros, que al fin y al cabo están condenados, (los personajes) como los del Infierno de Alighieri, a ser lo que son, por los siglos de los siglos amén. Sostengo que ellos son los que portan sobre sus hombros la mayor carga. Son, y me disculpa la expresión: los pagapeos”. Sin embargo, la sátira no sólo conduce a la risa compasiva que falla en consolar al autor preocupado por la página perfecta o la colocación de una escurridiza y perturbadora coma; el lector se encontrará con un cuadro abigarrado de personajes hermosísimos y conmovedores, recreados a la sombra de la nostalgia, la desilusión y el amor en sus implicaciones más caras y viscerales. Apelar al discurso fotográfico no descansa en la parafernalia del discurso transgenérico, cuando no se tiene nada lindo que decir; por el contrario, como bien lo exponía con crudeza la cámara de Lissette Model, se trata de golpear el estómago inmisericordemente, sin concesiones a los discursos autorizados y a la estandarización de la belleza: “-¿De qué sarcófago sacaste ésta? ¡Madre mía! Este es el cafetín del galleguito Castro. Cada quien cogió su camino ¿no? Lo que más me impresiona es la cara de felicidad que la mayoría tiene. Bueno... a esa edad la felicidad es fácil, no cuesta casi nada, te empeñas en almacenar esperanzas ¡hazme tú el favor!” Es admirable no sólo la ternura polifónica de la novela, en el carnaval del habla que es el mercado periférico, sino la transición que va del texto de formación al hondo canto de una contemplación aferrada a la madurez de aquél que ama y celebra la vida, eso sí en el esplendor y la miseria. Por lo tanto, no es casual que su lectura me retrotraiga filmes que te hagan balbucear del asombro: Fresas Salvajes de Ingmar Bergman o, mejor aún, Vivir y Los Sueños de Akira Kurosawa. Por otra parte, la novela provoca erecciones de campeonato, orgasmos titánicos que estremecen hasta la cartilaginosa consistencia del alma: el agradecimiento no escatima el entusiasmo patente en la pelusilla eléctrica que acaricia la espina dorsal mientras le hacemos el amor a una bellísima puta acodada en la ventana, con la ciudad a su merced.


Sin duda, el lector tendrá la sartén por el mango en el puente que le tiende la implacable poesía de este Beso de Lengua, inequívocamente carnal y voluptuoso. No está de más un prudente consejo: Maneje con precaución: lenguas en la vía.


Valencia de San Simeón el estilita, 20 de octubre de 2007.

martes, 16 de octubre de 2007

MARISOL CONVERSA CON EL POETA ARGENTINO EMILIANO BUSTOS


Emiliano Bustos, invitado internacional de la Filven
El blog no genera mucha reflexión

Marisol Pradas

Foto: Edsau Olivares.

"La influencia de mi padre en mi propia poesía aceleró y determinó lecturas, y, probablemente, acortó caminos. En mi primer libro hay elementos que me emparentan con ciertos elementos de su poesía (puede ser lo fantástico, lo misterioso, así como también el fragmento), y, por lo demás, yo siempre establecí una relación de familiaridad, presente en citas de su obra en mis tres libros. De todos modos, las comparaciones serían inexactas, en uno y otro sentido" escribió un tiempo atrás Emiliano Bustos en la página Web La tecl@ Eñe, buscando unir su labor con la de su papá, también intelectual.


Cuatro años tenía Emiliano Bustos cuando vio a su padre, Miguel Angel, por última vez. Se lo llevaron esposado en 1976 -a dos meses del golpe- un grupo de efectivos militares para engrosar la lista de los llamados desaparecidos de la última dictadura militar argentina. De los que no se supo ni qué les sucedió.


Era periodista y escritor. Con una exitosa carrera profesional, con libros, ensayos y alrededor de 170 artículos publicados, que revelan su ímpetu y su fuerza, hoy, regresados a la luz, en el libro, producto de una recopilación minuciosa y amorosa, por parte de su hijo, poeta que vino a Valencia, invitado por la III Feria Internacional del Libro.


¿Su madre también muere producto de la lucha por hallar a Miguel Angel Bustos?
Su estado general no fue el mejor después de esa situación, perdió el trabajo, si bien no había listas negras puntuales donde hubieran nombres escritos, sí existía la situación de que los familiares desaparecidos eran segregados socialmente, hasta tiempo después de acabar la dictadura. Ella trabajó activamente con organizaciones de derechos humanos durante años hasta que falleció.


¿De qué forma lo marcó esta vivencia estando tan pequeño?
Es una marca que queda siempre en todos los aspectos..., es difícil de evadir esa situación y de que todo lo demás no tenga alguna reminiscencia de eso. De todos modos, la vida, por supuesto, sigue y hay otras cosas... Por eso este libro, Miguel Angel Bustos, prosa (1960-1976), fue una forma de recuperar un legado que estaba perdido en hemerotecas, en archivos.


El año que viene publicaremos la poesía completa de mi padre quien perteneció a la generación de poetas argentinos del 60', que junto con la generación del 22', de Borges y Marichal, fue quizás la más importante del siglo XX, a nivel literario y poético, en Argentina.


¿Hacer este libro le liberó del dolor y la ausencia?
Sí. Es una forma de trabajar con la recuperación de la memoria. En Argentina a partir del gobierno, particularmente, de Néstor Kirchner hubo un trabajo importante en ese sentido, de darle un espacio importante a los organismos de derechos humanos y la recuperación de todo lo que sucedió durante el proceso; las consecuencias.


Por ejemplo, en el centro clandestino mas emblemático, de detención, que hubo en la ciudad de Buenos Aires, la Escuela de Mecánica de la Armada, enclavado en plena capital, se entregó, ahora, el edificio, para hacer allí el Museo de la Memoria.


¿ De qué trata "Trizas al Cielo", su primer libro publicado?
Es un libro de poemas breves, cargados de imágenes, más simbólicos. Tienen un aire surrealista. Fui modificando en libros posteriores el estilo, poemas más largos; más narrativos.

¿Qué está sucediendo en su país en materia literaria?
En Argentina, en Buenos Aires, hay bastante nivel tanto de lectura como de escritura. Un trabajo importante de recuperación del lenguaje poético, a partir de las dos últimas décadas. Mucho movimiento, publicación de revistas; antologías, mucho movimiento en páginas Web.
Ha habido un cambio cualitativo importante en relación a otros momentos, particularmente el periodo de la dictadura, cuando se paralizó la producción artística en todos los ámbitos.

¿Qué impresión de la cultura venezolana tiene?
A Venezuela llegué apenas hace unos días. Lo que veo y me llama mucho la atención, muy gratamente, es la relación que se está dando entre la gente y las actividades de la Feria Internacional del Libro, pues a partir de su descentralización, hace un par de años, por lo que me explicaron, que se salió de Caracas, que se haga en tantos lugares del interior de Venezuela, me parece fabuloso.


¿No es así en Argentina?
Comparativamente hablando, la feria del libro sólo se hace en Buenos Aires.

¿Cuánto le aporta o cuánto le resta Internet a la literatura?
Los aportes son indudables. Allá hay mucha discusión con el tema del blog, supongo que aquí también, porque el blog es una forma de literatura bastante fácil. Cualquiera arma uno.

¿Con mucha independencia?
Sí, que no genera ninguna clase de reflexión. Se supone que cualquiera baja cualquier cosa y se supone que eso es literatura y no siempre es así. Sucede como con todo, habrá quien hace bien las cosas y quien no... pero no lo veo como tan positivo.


¿Qué le recomienda a la juventud interesada en aprender?
Que lean. Eso es fundamental. En Buenos Aires hay mucha lectura sobre los libros, de crítica, pero no tanta lectura directa sobre los libros. Se lee sobre Vallejo no los libros de él que, lamentablemente, no son tan leídos.


¿Qué proyecto tiene para el año que viene?
Va a salir un nuevo libro mío que se llama "Chita" y por lo pronto voy a seguir escribiendo.

¿Por qué su libro tiene el nombre del guepardo?
A mi siempre me gustaron los felinos. Siempre tuve gatos. Mi padre era un amante de los gatos. La literatura tiene una tradición de los gatos. Son poemas de la época de mi primer libro. Lo escogí como imagen, en realidad.

Emiliano Bustos, poeta y dibujante, nació en Buenos Aires en mayo de 1972. Estudió dibujo con Hermenegildo Sábat (ilustró Las Fábulas Fantásticas de Ambrose Bierce (Errepar, 2000); y teatro con Alejandra Boero.

Fue actor de la obra "El tren de las cuatro y treinta", representada en varias oportunidades durante 1993/94 en el auditorio de la Facultad de Psicología de Buenos Aires, en el marco del cierre de la investigación -llevada a cabo por el Movimiento Solidario de Salud Mental, y apoyada por organismos internacionales de Derechos humanos- sobre las "consecuencias psicosociales en niños y jóvenes latinoamericanos, afectados por la violencia institucionalizada y la guerra" en Argentina, Chile, Guatemala y El Salvador.

Poemas suyos fueron incluidos en un volumen colectivo titulado El lenguaje de un gesto (1993). Publicó Trizas al cielo (1997), mediante un subsidio a la creación de la Fundación Antorchas, Falada (2001) y 56 poemas (2005).

En 1998 le fue otorgada la beca de la Fundación Antorchas para participar de un Taller Pluridisciplinario de Experimentación Escénica, coordinado por el director teatral Rubén Szchumacher, del cual participaron escritores, artistas visuales, músicos y directores teatrales.
Desde 2001 realiza investigaciones literarias ("Literatura y censura en el período 1976/1983"; "Poesía argentina desde los 80' hasta la actualidad") como becario del Centro Cultural de la Cooperación de Buenos Aires. Poemas y artículos suyos fueron publicados en revistas de Buenos Aires, como Diario de Poesía, Hablar de Poesía y Tres Puntos.


Participó de los volúmenes colectivos Por Tuñón (Ediciones del CCC, 2005) y Tres décadas de poesía argentina, 1976-2006 (Libros del Rojas, 2006). Compiló y prologó la obra en prosa de Miguel Angel Bustos (Ediciones del CCC, 2007).


En 2005/06 escribió los textos de catálogo de la Línea Joven de Artes Plásticas del Fondo Cultura BA. Participó del VIII Festival Internacional de Poesía de Rosario (2000), del II Festival Latinoamericano (Salida al mar, 2005) y de las Lecturas de Primavera en Buenos Aires (2006).

TEÓFILO. José Joaquín Burgos


Indocencias
Teófilo
José Joaquín Burgos


De feria anduvimos. Feria Internacional del Libro de Venezuela, que bien puede llamarse así, porque ahora en nuestro país el gobierno edita en proporciones jamás experimentadas y ésta, si así puede decirse, rompiendo élites para llegar a todos los estratos. Ediciones bien cuidadas, atractivas, dignas del autor, de los lectores, del editor y del país. Y, sobre todo, económicas, muy económicas. Esta Filven fue, realmente, regocijante.


Además de la tradicional expoventa, hubo un vasto programa de recitales, conferencias, foros y encuentros. Concebido, hasta donde me sea posible decirlo, no para un grupo sino para toda la población. Filven, como debe serlo cualquier otra feria de materia intelectual, no es gobiernera ni escuálida: es un encuentro de valores que están por encima de pequeñeces grupales o de intereses manejados por los grandes medios del poder mediático internacional. Y eso es grato decirlo.


En fraternal reunión con los poetas Oswaldo González, Jon Jairo Ballesteros, Luis Alberto Angulo, José Carlos de Nóbrega, y dos bellísimas muchachas también poetas; reunión continuada después con Richard Montenegro; Zayda, Andrés y Guillermo Cerceau, Lenín Sánchez, Nora Guédez y otros amigos, surgió el recuerdo de Teófilo Tortolero, fabuloso poeta universal nativo de Nirgua y forjado aquí en Valencia.


Pensamos, y así se lo proponemos al Gobierno de Carabobo, que es justo (y necesario, como se dice en la misa) crear un premio en homenaje suyo, quien bien lo merece.


No significará esto echarle olvido a Vicente Gerbasi, Daría Clemencia Camarán (nativa también de Nirgua), Pedro Francisco Lizardo, Eduardo Herrera, Luis Eduardo Chávez, Manuel Alcázar y tantos otros, sino reconocer la universalidad de este escritor graduado de abogado en la UC y de poeta en la vida valenciana; un poeta que, así lo creemos, perdurará en el tiempo como los que realmente han sentido y sienten arder en su vida la llama del tón poiéos, Teófilo Tortolero es una referencia que deben conocer y estudiar las generaciones, en fin presentes y futuras.

FILVEN tuvo resonancia popular. Dentro de pocos días, será FILUC-2007.


En Valencia, gracias a Dios, siempre suceden cosas hermosas.

INVITACIÓN A VIII FILUC 2007


Estimados Amigos: Les invitamos, a nombre del Grupo de Incursiones Culturales y Científicas Li Po, a los siguientes eventos en el marco de la VIII Edición de la Feria Internacional del Libro de la Universidad de Carabobo (FILUC), el cual se llevará a cabo en el Centro Comercial Cristal de Naguanagua, justo detrás del Centro Comercial La Granja, entre el 20 y el 28 de octubre de 2007:

Sábado 20 de octubre de 2007: Presentación de la novela "Beso de Lengua" del escritor Orlando Chirinos, a cargo de Laura Antillano y José Carlos De Nóbrega. Salón Macondo, 4:30 pm.

Martes 23 de octubre de 2007: Conferencia de Guillermo Cerceau titulada "La Mirada de la Crueldad, una exploración de la sensibilidad frente a la representación gráfica". Salón Macondo, 4 pm. Moderadora: Lyerka Bonanno.

Martes 23 de octubre de 2007: Presentación de los libros "El Elefante Muere" y "Teoría de las Despedidas" de Guillermo Cerceau, a cargo de José Carlos De Nóbrega y José Joaquín Burgos. Salón Macondo, 5 pm. Moderadora: Lyerka Bonanno.

Además, se les notifica que los sábados de noviembre (incluyendo el 1° de diciembre) reiniciamos nuestras actividades en la sede de Librerías del Sur, 10:30 am. Esta vez tendremos el Ciclo de Charlas NOVIEMBRE ALUCINANTE 2007, pretexto afortunado y placentero para conversar sobre autores como Tolkien, Ray Bradbury, Ítalo Calvino, Bruno Shulz e Isaac Asimov.

Sin más, vuestro pana agradecido José Carlos De Nóbrega.

miércoles, 10 de octubre de 2007

LÍNEAS AGRADECIDAS A III FILVEN 2007


Nos llena de satisfacción, sazonada por el placer y la solidaridad, la realización exitosa de nuestra III Feria Internacional del Libro de Venezuela 2007. Agradezco al equipo con el que nos tocó en gracia compartir afortunadas vivencias durante cinco días: el pulso firme de Freddy Rojas en la configuración del ágape; la incansable y asertiva presencia de Chemir Colina en pasillos y pabellones muy invadidos por su ternura; la belleza y la consecuente diligencia de Roxelys y la china Claudia; el apoyo imprescindible de Antoinette Antypas, comunitaria como siempre; la bondad sin par de José Félix Peraza al frente del museo de la palabra que es hoy la Biblioteca Feo La Cruz (su personal bregó sin pausa ni quejas en el espíritu de una bullente colmena) ; el refrescante aliento que nos transmitió Marielsa Rodríguez, acompañada del entusiasmo y la bella sonrisa de su nieta; el humor afrocaribeño de José Manuel; la solidaridad y el empeño impecables de Niddy Calderón en la organización y el acompañamiento de la programación literaria y cultural. En especial, confesamos nuestra deuda a los escritores y artistas que acudieron al llamado de esta fiesta del libro (en tanto ponentes y fieles espectadores, intercambio sabroso de roles que nos honra y enorgullece). Valgan mil bendiciones a aquellos que me acompañaron en mi primera experiencia como editor: los autores Richard Montenegro, Norys Nicoliello y José Guillén, amén de mi amadísima Anaís Silva en la diagramación y Héctor Villagómez en la hechura de los tres encantadores libritos. Nos vemos pronto: GRACIAS TOTALES. El hormigueo nervioso de la emoción me impide seguir. Sin más, vuestro amigo que los quiere


José Carlos De Nóbrega