sábado, 21 de junio de 2008

OTRA DECEPCIÓN DE LA HINCHADA LUSITANA


OTRA DECEPCIÓN DE LA HINCHADA LUSITANA

Lamento la eliminación de la selección de Portugal en los cuartos de final de la Eurocopa 2008. Alemania, a pesar del "despiste arbitral" -las faltas no sancionadas de Podolski a Bosingwa, antes de la asistencia a Schweinsteiger para el primer gol, y sobre todo la de Ballack a Paulo Ferreira que facilitó el segundo- tuvo los cojones y la historia de su lado en la obtención de una victoria merecida. Los nuestros no igualaron el desparpajo ni el arrojo de los turcos cuando dejaron a los checos en el terreno del asombro. No es suficiente apoyatura las virtudes técnicas de las individualidades: Deco y Cristiano Ronaldo se hallaban dispersos e inconexos en la solidez de la propuesta táctica germana; los defensas centrales peor aún. Asimismo, Felipao no cortó por lo sano: cambiar a un Paulo Ferreira desbordado impunemente por su contraparte alemán. Es una consecuencia de repartir el botín antes de tiempo: una insípida plantilla de suplentes -a excepción de Nani- que no opuso tenaz y responsable resistencia a una eliminada Suiza (fue infamante el egocentrismo futbolístico de Quaresma, tan sólo afín a fútiles cabriolas de circo); mientras que Cristiano Ronaldo se distrajo ante un espejo narciso, ataviado de la casaca merengue, y Luis Felipe Scolari se devanaba los sesos en el diseño de movimientos tácticos para el Chelsea de un potentado ruso de inigualable exhibicionismo. Extrañamos el amor a la celeste de tipazos como Obdulio Varela quien se arrepintió de haber ganado la Copa del Mundo de 1950, dada la magôa o amargura brasileña -el maracanazo apagando la samba- desparramada en una triste garúa destructiva y suicida.

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