lunes, 13 de abril de 2009

ALOCUCIÓN DE JUDAS AL PUEBLO DE EL PALOTAL


Alocución de Judas al pueblo de El Palotal

A las víctimas del 11 y 12 de abril de 2002

Yo, Judas Iscariote, alias Ricardo Jorge Maldonado Urosa Sabino, me dirijo al pueblo de El Palotal para expresar mi última voluntad y la cesión de mi testamento; por supuesto, antes de asarme en mi propia manteca académica, católica (mejor aún copeyana) y romana. Les pido perdón a ustedes por vender la universidad democrática y popular a la oligarquía valenciana y haber transformado la casa de Dios en cueva de ladrones. Sin embargo, cedo la Universidad de Carabobo a Jessy Divo para que la convierta en un Centro Comercial, tipo Sambil pero jamás de la clase del Tierrópolis. Le dejo la Catedral de Valencia a la familia Salas Rohmer para que la asuma como Palacio de Gobierno, pues como se sabe el régimen en Carabobo es monárquico y teocrático. Al poeta Fáver Páez y al Consejo Comunal les obsequio el inventario de fármacos del Hospital Central, para que puedan seguir tripeando con sus trescientas enfermedades que aún los mantienen con vida. Eliminaré toda la matrícula de las misiones educativas para concentrar los esfuerzos en un solo alumno, Manuelito Rosales, a ver si es posible que incremente su nula cultura y su escuálido vocabulario (recuerden que hasta para ser ladrón hay que estudiar, Manuelito, tendrás la escuela por cárcel). Que Edgardo Parra y Guillermo Vizcaya se olviden del Puente Morillo (la ciudad urge limpieza física y espiritual): le concedo a Paco Cabrera la destrucción inmediata del puente, pues así separará sur y norte como hemos convenido; es justo y necesario meter en cana los espacios públicos (he ahí las plazas que asemejan cárceles al aire libre). A Elis Mercado y su combo postnapoleónico les doy la Cámara de Comercio, pues para tales gamberros las bellas artes, el comercio y las comisiones son la misma vaina. Le propinaré al rebelde de Yuri Valecillo un castigo ejemplar por sus obstinados delitos sartreanos, fotografiará sin descanso a los comedores de gofio y fororo: los comisarios Forero, Vivas y Simonovis en pleno desayuno carcelario; pues la Corte universitaria tiene su saltimbanqui retratista. Ello para beneplácito de Guayacol a quien entregaré en bandeja de plata la nunciatura apostólica, porque allí acosará y delatará a monjas, curas, criminales y mujeres buenas. Ya viene la cruel turba a quema(r)me y recuerdo a una de nuestras más ilustres mártires:

La mártir que más sufrió

fue Santa Eulalia de Angulo,

a quien le puso Nerón

un avispero en el culo.

(Iñaki de Errandonea, S.J.).

¡Salud, afición ingrata!

El Palotal, Domingo de Resurrección, 12 de abril de 2009.

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