SALÓN CABRIALES 2007: SILENCIOS, CADENCIAS Y ARMONÍAS. Chemir Colina

Salón Cabriales 2007
Silencios, cadencias y armonías

Chemir Colina

brillante tempestad

brillante tiempo

Iluminaste río caído

tempestad

Keimer Acosta, poema incluido en la antología “El Silencio del Agua”(2007).

Figuras que se enlazan al ritmo de los silencios y cadencias. Formas y armonías, los sentidos como puentes que conducen al alma.

La memoria sensorial, la memoria social, un itinerario urbano por medio de calles, construcciones, personajes; síntesis gráfica que evidencia en determinados signos las diferentes miradas y gestos que revelan esquemáticamente una personalidad paseante, accidental, flotante.

La transformación por la industrialización de los espacios simbólicos. El mundo natural que se pretendía conocer y que ahora perece lentamente. Reconstruir la realidad a partir del arte como unidad vital que no admite división y que genera percepciones más allá de la imagen visual, construyendo poéticas y enunciados artísticos en el camino de una reformulación del espacio urbano.

El hombre que trasciende lo individual indagando los diferentes aspectos de la vida en sociedad, lo que lo rodea, precisándolo, capturándolo; por medio de la fotografía, la pintura o el dibujo. Creando su propio paisaje, mapas y líneas con vista de pájaro, rasante y punzante. Carabobo con sus diferentes cielos y rostros, el recuerdo en una casa deshabitada que cae, estructura que ha perdido su impronta para ser sólo un rastro. Ciudad plena mientras cae la noche y algunos duermen y otros descansan sin esperanza a las orillas de aquel otrora luminoso río.

El I Salón Cabriales -flexibilizando el envío hacia discursos diversos donde las lecturas se transfieren unas a otras- presenta este año una serie de propuestas de alta calidad plástica, enmarcadas en la temática urbana, los personajes de ayer y hoy y la música en la plástica. Es así como en esta muestra nos acercaremos a variados planteamientos y miradas, a la búsqueda de la belleza en un espacio de caos, ruidos ensordecedores e interminables afrentas. Construiremos trazos que transmuten los signos como mágica lluvia.

A manera de caleidoscopio, fragmentaremos las imágenes, encontrándonos con nuestro propio rostro en ese brillante tiempo en que la tempestad renueva cada hoja, cada fibra de la naturaleza y de los seres que la habitamos.

28 de Julio 2007